jueves, 8 de octubre de 2009

Apophis: Fear No More!

Fueron divulgados nuevos resultados sobre la órbita de Apophis. Y ellos confirman nuevamente que el asteroide no será una amenaza para la vida en la Tierra. Descartada ya la colisión de 2029, ahora nuevas observaciones y cálculos mejorados demuestran que las probabilidades de caida de Arcangel de la Destrucción sobre la Tierra en 2036 son de 4 en 1 millón. Es decir, del orden de ganar un premio en la lotería.

Cuando él se aproxime de la Tierra en 2036, su distancia será la de un satélite geoestacionario mas o menos, a 29.450 km. En 2068, nuevamente hará una aproximación a la Tierra, pero con los nuevos cálculos, las probabilidades de colisión son de 3 en 1 millón. Los nuevos cálculos fueron posibles gracias a nuevas observaciones realizadas con un telescopio de 2,23 m (88") instalado en el monte Mauna Kea en Hawaii.





Dentro do círculo, Apophis, el asteróide maldito

Con esta nueva información, Apophis mas que nunca es un Torino 0. En la lista del programa Space Guard de la NASA continua sólo un objeto con nivel Torino 1. Y la moraleja de esta historia es que ahora puedo ir cerrando mi blog. Al final, él surgió cuando y porque Apophis fue noticia en abril de 2008. Ahora que el destino del asteroide está definitivamente divorciado del nuestro, puedo irme a domir tranquilo...

Bueno, nada de eso, Torino 0 continuará brindando informaciones sobre NEOs.

Más informaciones sobre Apophis

Asteroid Watch Sitio de divulgación Científica del JPL
Near-Earth Object Program Sitio con informaciones técnicas del JPL

viernes, 2 de octubre de 2009

Meteorito o Chatarra Espacial?

Ocurrió el pasado domingo 27 de septiembre, a la tardecita, al sur de la ciudad de Mendoza (Argentina), casi encima de la localidad de General Alvear. Un objeto cayó del cielo, se escuchó un estruendo, se vio una estela de gas inflamado, algunos afirman que tembló la tierra y luego el silencio y el misterio. Vean este video casero de Matias Hardy.



Estela de gas que dejó el bólido que atravesó los cielos mendocinos el domingo pasado. (Foto publicada por LaNacionLine, autor: Pablo Cagnasso)




Esperé unos días antes de mandar este post porque quería tener un poco más de información. Lo cierto es que casi una semana después no parece haber nada nuevo. El meteorito no fue encontrado. De hecho no parecía un meteorito, viendo la estela, parece más el rastro de un cohete. Buscando en el Astronomical Picture of the Day de la NASA encontré la siguiente imagen tomada el 19 de septiembre de 2002 (casi 9 años antes del fenómeno mendocino). Allí dicen que la estela fue producida por un coehete Minuteman III de combustible sólido lanzado poco antes.




Estela dejada por un cohete Minuteman III lanzado el 19 de septiembre de 2002 desde la base aérea de Vanderberg

La coincidencia entre las dos fotos es llamativa y parece tratarse del mismo fenómeno. No soy el único que así lo cree. De la misma opinión es el Dr. Jaime García del Instituto Copérnico en Mendoza. Aunque más difícil saber es cual es el cohete que pudo haber caido cerca de Mendoza.

En el sitio Mendoza Opina se menciona la caida de un carguero espacial ruso, el Progress M-67, lanzado el 24 de julio con destino en la Estación Espacial Internacional, a la que se acopló el 28 de julio, y, según el sitio de la Federación Astronáutica Internacional se separó el 22 de septiembre. Sin embargo leo en el sitio Satellite News Digest (también confirmado en otros sitios de noticias) que su re-entrada ocurrió el martes 29 de septiembre y cayó en algún lugar del Pacífico próximo a Nueva Zelandia. Además de no coincidir la fecha, el fenómeno debería haberse visto en Chile también. No parece que sea el caso.

En conclusión, sigo sin poder descifrar este enigma. Pero creo que lo más probable es que se trate de chatarra espacial.

domingo, 16 de agosto de 2009

El río Paraná y el Sol (ST)

Sabemos que el clima terrestre es un sistema complejo, no lineal, tal vez hasta caótico,o sea impredecible. Lo que llamamos equilibrio probablemente no sea más que una sucesión de estados de equilibrio inestable: pequeñas perturbaciones lo colocan en una situación muy alejada de la actual. Sistemas así de complejos son difíciles de estudiar y siempre debemos ir con piés de plomo antes de emitir cualquier conclusión: de hecho en ciencia nunca hay conclusión, es un proceso dinámico en el que vamos aprendiendo poco a poco.

Las influencias del Sol sobre el clima terrestre aún están por ser demostradas, más allá de saber que la energía total recibida en la Tierra representa el mayor input que tenemos. A lo largo de milenios, el Sol viene emitiendo cada vez menos energía: en comparación con el origen del sistema solar, un 30% menos. Pero en escalas más humanas, aquellas que nos interesan más porque afectan a la economía, el desconocimiento es mayor. Una forma de buscar estas relaciones es por medio de análisis estadísticos, utilizando por ejemplo correlaciones, esto es observar si dos series temporales varían de acuerdo (correlación), en desacuerdo (anticorrelación) o sin ningún acuerdo. Es así que tomamos como un patrón de medida del ciclo solar el Índice de Manchas Rg, número que representa la cantidad de manchas sobre la superficie solar. Rg varía de día en día y le conocemos un período de aproximadamente 11 años de variación al que llamamos Ciclo Solar. Muchos otros ciclos son sospechados, pero aún no bien demostrados.

Si a esta serie temporal de datos la comparamos con otra que se refiera al clima, podemos extraer conclusiones sobre la relación entre la actividad del Sol y la de nuestra atmósfera. Así se ha hecho con diversos parámetros, como el índice pluviométrico, la intensidad de los monzones, la extensión de las sequías, etc.

Hace muy poco, unos colegas de Buenos Aires publicaron en la revista Physical Review Letters un artículo en el que proponen que la actividad solar medida en escalas de décadas modula el caudal del río Paraná en Argentina. Solar forcing of the stream flow of a continental scale South American River (o Forzante solar del caudal del un río de escala continental sudamericano), escrito por Pablo Mauas, Eduardo Flamenco y Andrea Buccino, publicado en la edición del 17 de octubre de 2008, muestra esta relación de forma muy convincente al comparar las variaciones temporales de ambas series después de filtrarles las variaciones más rápidas (por ejemplo el ciclo de 11 años) y más lentas. La correlación es tan buena que sirve para predecir el comportamiento del río.

De todas formas en escalas más rápidas el factor más importante en el caudal del Paraná es la temperatura del Océano Pacífico en las costas de Perú, o sea los denominados El Niño y La Niña.

Después de leer el artículo nos llenamos de dudas. Qué puede estar en la raíz de esta relación entre el Sol y el Río Paraná que se muestra en escalas de décadas, pero no de años? Cuántos otros fenómenos pueden estar así también, insospechadamente modulados por la acción del Sol? Recién estamos comenzando a comprender nuestro lugar en el Universo, nos falta mucho por comprender.

jueves, 23 de julio de 2009

Nueva colisión sobre Júpiter

A 15 años de la caída del cometa Shoemaker Levy 9 (SL9), de la que dimos cuenta en la entrada anterior, un nuevo objeto cayó sobre Júpiter dejando una mancha negra. El descubrimiento fue hecho por Anthony Wesley, un astrónomo aficionado australiano, el 19 de julio, usando un telescopio de 14.5 pulgadas.



Anthony Wesley y su telescopio


Anthony estaba tomando imágenes de Júpiter a la medianoche, el cielo estaba poniéndose feo para observar, pero de repente se dio cuenta que había una mancha negra sospechosa. Siguió tomando fotografías que le mostraron que la mancha rotaba a la misma velocidad que las otras (Júpiter tiene un período de unas 9 horas, así que su rotación es fácilmente visible), esto indicaba que la mancha estaba sobre la superficie y que no se trataba de una sombra. Luego de hacer varias tomas, Anthony corrió a divulgarlo por el mundo. La noticia tuvo amplia divulgación en la prensa.





Imagen tomada por Anthony con su telescopio. El pequeño círculo negro arriba a la derecha es la mancha "sospechosa", supuestamente creada por la caída de un asteroide o cometa.

Una imagen aumentada destacando la mancha.



Qué increíble coincidencia! Quince años después del evento del SL9, otro objeto, un cometa pequeño o un asteroide, cayó también en el hemisferio Sur del planeta (las imágenes están invertidas). Tal vez un aviso de que estos fenómenos son más comunes de lo que pensábamos. Para más informaciones pueden entrar en el site de Anthony directamente, en el siguiente link. En una entrada posterior nos referiremos a la sorprendente cantidad de cometas que caen al Sol descubierto por una sonda de exploración solar.

sábado, 18 de julio de 2009

Shoemaker Levy y Júpiter

En estos días la prensa recuerda con gran despliegue la llegada de la misión Apollo 11 a la Luna. Se cumplen 40 años de la realización de uno de los sueños más antiguos de la humanidad. Un pequeño paso para un hombre. Un gran salto para la humanidad según palabras de Neil Armstrong, comandante de la misión y primero en posar los piés en suelo lunar, es la frase que resume aquella epopeya de la que, de una manera u otra, todos los contemporáneos nos sentimos participantes.



Hace 15 años, cuando se celebraban los 25 años de la misión Apollo 11, ocurrió un hecho astronómico de singular importancia y que también llamó la atención de todo el mundo. El 16 de julio de 1994 el Cometa Shoemaker Levy 9, (SL9) o mejor dicho, sus destrozos, comenzaron a impactar en la superficie de Júpiter produciendo un espectáculo de singular belleza y, a mi entender, importantes consecuencias sociales.


Carolyn y Eugene Shoemaker descubrieron junto con David Levy un cometa el 24 de marzo de 1993 usando un pequeño telescopio de 40 cm de diámetro del Observatorio de Palomar en California. El cometa orbitaba en torno de Júpiter y estaba conformado por un tren de fragmentos. Un año antes se había aproximado tanto del planeta que las fuerzas de márea lo partieron. Los cálculos mostraron que un año más tarde todos los fragmentos irían a impactar sobre la superficie joviana.








Fotografía del Cometa Shoemaker-Levy 9 tomada por el Hubble Space telescope el 17 de mayo de 1994. Los 21 fragmentos se distribuían a lo largo de más de 1 millón de kilómetros.



Todos los telescopios apuntaron hacia Júpiter para capturar cada una de las colisiones. La estrella del momento fue el Telescopio Espacial Hubble, cuya óptica acababa de ser reacondicionada; mientras que la Internet hizo su estreno como el vehículo que permitió la distribución de las imágenes rapidamente por todo el mundo. Fue una fiesta de la astronomía que comenzó el 16 de julio, fecha en que cayó el fragmento A, hasta el 22, cuando cayó el último fragmento, rotulado de W.








Fotografía en luz ultravioleta de Júpiter tomada por el Telescopio Espacial Hubble el 21 de julio de 1994. Están identificados los distintos impactos observados.


La observación de los impactos permitió conocer mejor la atmósfera de Júpiter y la conformación del cometa. Pero mucho más allá de estas conclusiones científicas, colocó abiertamente ante la opinión pública el peligro de las colisiones de asteroides y cometas. Hasta ese momento la cuestión no era considerada de manera muy aprensiva, ni siquiera por la comunidad astronómica. De repente el SL9 nos despertó la curiosidad y el miedo, surgieron planes de inspección de los cielos, y en el ámbito popular libros y películas.

Sin embargo en los últimos 400 años, el SL9 es el único que hemos visto en vivo y en directo caer sobre un planeta. Júpiter funciona como un atractor de estos objetos. De alguna manera la distribución de planetas en el Sistema Solar crea un escudo para la Tierra: los planetas mayores (con mayor poder de atracción gravitatoria) están hacia afuera. La Tierra está en el medio de los planetas terrestres, y además la Luna, aunque menor que la Tierra, es capaz todavía de atraer una proporción no desdeñable de NEOs.

De alguna forma, este blog es un hijo del Shoemaker-Levy 9. Más allá de cualquier consideración científica o social, para mí aquel fue uno de los espectáculos más hermosos que me tocó ver*.

† Incluso durante los días del SL9, recuerdo que un conocido astrónomo argentino dijo por TV que era más probable que un mono escriba el Quijote a que un cometa caiga en la Tierra. Independientemente de la corrección del cálculo de probabilidades, la frase demuestra la desidia de la comunidad hacia la cuestión.


* En la República Argentina, aquella semana hubo un acontecimiento que consiguió eclipsar a todos los demás: un atentado a una institución judía en la ciudad de Buenos Aires cegó la vida de 84 personas el 18 de julio de 1994. El atentado a la AMIA, cuyas repercusiones se arrastran hasta hoy, me hizo vivir como cronista amateur, una de las semanas más angustiantes de mi vida.

domingo, 31 de mayo de 2009

Vulcanismo y Extinción en masa

Como ya comentamos en otras entradas, la hipótesis de que las extinciones en masa fueron provocadas por la caida de gigantescos meteoritos se convirtió en las últimas dos décadas en ley probada. La ciencia, ya lo dijimos sin embargo, está siempre expuesta al mecanismo de prueba y sus conclusiones pueden en cualquier momento ser revistas.

En otra entrada comentamos un trabajo que niega la relación entre el cráter de Chicxulub y la extinción de los dinosuarios. Un nuevo artículo, publicado en la revista Science el viernes pasado, va en la misma dirección al encontrar nuevas evidencias de que una extinción en masa ocurrida hace 260 millones de años, al final del período Pérmico, habría sido provocada por una actividad volcánica inusual.

El trabajo, Volcanism, Mass Extinction, and Carbon Isotope Fluctuations in the Middle Permian of China, (Vulcanismo, Extinciones en Masa y fluctuaciones de isótopos del carbón en el Pérmico Medio de China) de Paul B. Wignall e colaboradores (Science, vol 324, pag 1179, 29/05/2009) fue realizado en base a registros estratigráficos obtenidos en China, en la provincia de Sichuan, Yunnan y Guizhou (donde el año pasado un sismo de singular fuerza mató a decenas de miles de personas) y basicamente comprueban la proximidad espacial y temporal de los dos fenómenos: una intensa actividad volcánica y la extinción de un gran número de especies. Para los autores la cercanía de ambos eventos es una prueba de la relación causa efecto.

La extinción del Pérmico (o también llamada extinción guadalupiense) fue una de las más severas. Las estimaciones actuales son de que apenas un 5% del total de especies sobrevivió, mientras que en las demás extinciones masivas, sólo fue diezmado un 50%. Aunque por años la única causa apuntada fue una larguísima actividad volcánica, en 2006 fue encontrado un gran cráter en la Tierra de Wilkes (Antártida) que apuntala la idea de que la caída de un enorme meteorito causó un disturbio sísmico severo. Sin embargo la extinción ocurrió durante un período muy prolongado, por lo que un evento explosivo no podría por sí sólo explicarla.

Más evidencias son necesarias, aunque todo indica que la Tierra se convirtió por millones de años en un lugar muy poco confortable para vivir. A pesar de ello, la vida continuó, tal vez porque, como dijo George Stewart, La Tierra Permanece.

miércoles, 29 de abril de 2009

La Hora Última

Caro lector, las limitaciones que yo mismo me impuse al escoger el tema de este blog estaban resultando cada vez mas frustrantes. Aunque el miedo a la caída de un asteróide es muy frecunte, otros miedos relacionados con la ciencia son tan o mas importantes. Mi intención cuando creé Tornino 0 era, en realidad, hablar de los miedos innecesarios, infundados, e perniciosos en que parece vivir una porción significativa de la población.

Por ese motivo abrí un blog (en realidad dos, porque tiene también la versión en portugués) llamado La Hora Última cuyo tema son las profecías de fin del mundo y su credibilidad a los ojos de un científico. El arte no será ajeno al blog, intentaré de alguna forma traer la mirada del poeta, del cineasta, del fotógrafo, para contrabalancear mi racionalismo, y si no les gusta mis silogismos, por lo menos tal vez les gusten mis preferencias artísticas.

En principio no voy a parar con Torino 0 (que está cumpliendo 1 año esta semana!), pero no dejen de acompañar La Hora Última, porque tal vez, no sea esta la última hora.

lunes, 27 de abril de 2009

Quien mató a los dinosaurios?

Desde que en 1980 el físico y premio nobel Luis Álvarez y su hijo, el geólogo Walter Álvarez, especularon que los grandes saurios fueron exterminados por el cambio climático creado por un inmenso impacto de meteorito, la hipótesis fue ganando credibilidad al punto de que hoy en día se la considera una teoría comprobada. La hipótesis de los Álvarez recibió un apoyo inesperado en 1990 cuando fue localizado el cráter del meteorito que causó la extinción en masa, en la península de Yucatán (México) en la región conocida como Chicxulub. El arma homicida fue encontrada, el caso fue resuelto.

La memoria colectiva guarda hoy en día la certeza de que grandes meteoritos acaban con la vida en la Tierra; la literatura y el cine abordaron el tema de forma frecuente, la alarma popular creció. Si un evento de ese tipo ocurrió en el pasado, puede repetirse en el futuro. Algunos hasta piensan de que podría ocurrir de forma periódica. Y así es que creamos programas para escudriñar el cielo en busca de asteroides asesinos.

Sin embargo, no todos aceptan la hipótesis de los Álvarez. Entre ellos Gerta Keller de la Universidad de Princeton, en los EEUU. Y hoy apareció publicado un artículo suyo en la revista inglesa Journal of the Gelogical Society, que pone en jaque mate a la teoría catastrófica exógena. Básicamente, dice Gerta, Chicxulub no tiene nada que ver con la muerte de los dinosaurios. El trabajo en cuestión lleva el título: New evidence concerning the age and biotic effects of the Chicxulub impact in NE Mexico, (o Nuevas evidencias sobre la edad y los efectos bióticos del impacto de Chicxulub), sus autores son G. Keller, T. Adatte, A. Pardo Juez y J.G. López Oliva y fue publicado en el volumen 166,3, páginas 393 y subsiguientes de la revista Journal of the Geological Society.

La noticia está dando vueltas la Tierra y los medios de información le han dado algún destque (a pesar de las preocupaciones con la gripe porcina). Lamentablemente yo no leí el artículo de Gerta y sólo puedo comentar aquí lo que ha sido publicado en la revista electrónica de la Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo (link al artículo de FAPESP).

Gerta y sus colaboradores realizaron análisis estratigráficas que les permitieron llegar a las siguientes conclusiones:
  1. El estrato correspondiente a la extinción en masa de los dinosaurios es completamente diferente y 300.000 años posterior al del cráter de Chicxulub.
  2. En el estrato correspondiente al cráter no hay evidencias de extinción en masa.
La conclusión número 1) nos dice solamente que el mayor sospechoso no sería quien acabó con los dinosaurios. Así que a buscar un nuevo serial killer.

Pero la segunda conclusión es mucho más impactante y podemos resumirla así: el asteroide que cayó en Chicxulub no produjo una catástrofe. Por el tamaño del cráter se estima hoy en día que el asteroide que cayó en Yucatán debería haber medido unos 10 km de diámetro y liberado unos 100 millones de Megatones (las bombas termonucleares más poderosas liberan unos 50 Megatones). Sin embargo toda esa energía depositada en un único punto sobre la superficie de la Tierra, no acabó con la existencia de ninguna especie dice Gerta en su informe.

Como dije antes, no leí el artículo aún (y no será fácil que lo haga porque la revista no posee una versión electrónica), pero si lo publicado por la prensa es una interpretación correcta del trabajo científico, y si este trabajo es confirmado, sus resulatdos son de gran importancia y demuestran que estamos lejos de comprender los mecanismos que son capaces de alterar de forma significativa el clima terrestre y su biosfera.

domingo, 15 de marzo de 2009

Nuestro Mediocre Sol II

Resumiendo el post anterior, nuestro Sol fue considerado en los últimos siglos, una estrella mediocre, común, sin características particulares. Sin embargo en los últimos años aparecieron evidencias que muestran que el Sol presenta propiedades sutilmente poco comunes, pero que podrían tener un fuerte impacto en la evolución de la vida, y principalmente, de la civilización. Guillermo González los resumió en un artículo escrito hace 10 años (Is the Sun Anomalous?, Astron. & Geophys., v40,5, p25-29, 1999) y aquí presentamos las principales conclusiones.

  1. En un radio de 10 parsecs (32,6 años luz) el 88% de las estrellas tuvo una luminosidad original al momento de formación menor que la del Sol. Correspondientemente su masa también fue menor. En otras palabras, el Sol es una de las estrellas más masivas del grupo cercano de estrellas.
  2. Muchas veces comentamos que el Sol tiene un ciclo de actividad de 11 años, alternando períodos de calma (como en este momento) con períodos de intensa producción de explosiones o fulguraciones y de eyecciones de masa coronal. Este ciclo se refleja en una variación del brillo solar. Las estrellas próximas a nuestro entorno muestran ciclos semejantes, sin embargo sus variaciones son mucho mayores. En otras palabras, el sol es más estable que sus compañeras cercanas.
  3. El Sol parece mostrar una mayor abundancia de Oxígeno y Hierro y una carencia de Carbono, respecto de las estrellas con su misma distancia al centro de la Galáxia (las abundancias varían de acuerdo a la distancia al centro galáctico).
  4. El Sol se mueve a una velocidad relativamente baja respecto de la Posición Local Standard de Reposo (o Local Standard of Rest en inglés). La velocidad del Sistema Solar es de 13,4 km/s, mientras que el promedio de 37 estrellas con edades entre 3.000 y 6.000 millones de años es de 42 km/s con una desviación estándard de 17 km/s. En otras palabras, el 66% de las 37 estrellas, tiene una velocidad entre 25 km/s y 69 km/s. Unicamente una estrella del conjunto de 37 tiene una velocidad menor que la del Sol.
  5. El Sol se encuentra a unos 10 - 12 parsecs (32,6 - 39.1 años luz) de distancia del plano galáctico, lo que puede considerarse una coincidencia porque el Sol pasó la mayor parte de su tiempo a una distancia mayor (40 parsecs). La coincidencia es que hace relativamente poco tiempo que se ubicó tan próximo del plano de la Galáxia.
  6. La velocidad del Sol respecto del Centro Galáctico es muy cercana a la de corrotación, o sea, la velocidad que tiene el brazo espiral de la Galáxia.
Que implicancias tienen estas características para nosotros? El hecho de tener más masa y brillo permite que los planetas con posibilidad del albergar vida (la zona habitable del Sistema Solar) se ubiquen a una distancia mayor, lo que evita que el llamado Acoplamiento de Marea ocurra en menos de 4.500 millones de años (edad de la Tierra). Además, una distancia mayor disminuye los problemas con la radiación ionizante que es emitida por el Sol principalmente en épocas de máxima actividad. Actividad que, por otra parte, no parece ser tan intensa como en otras estrellas próximas.

Una mayor abundancia de Hierro implica que la nube de la que se formó el Sol (y el resto del Sistema Solar) tenía más elementos pesados, que son los necesarios para formar planetas rocosos como la Tierra. El elemento más abundante en la Tierra es probablemente el Oxígeno, en forma molecular o en óxidos. El Carbono no es abundante, pero juega un rol muy importante en el Efecto Invernadero que regula la temperatura de la superficie de la Tierra. Una mayor cantidad de Carbono podría haber producido mayor CO2 y con ello desatar un efecto descontrolado como sobre la superficie de Venus.

Por último la posición y velocidad del Sol respecto a la Vía Láctea. El hecho de girar a una velocidad próxima a la de los brazos espirales de la Galáxia, hace que los cruces sean poco frecuentes, lo que contribuye a que se aproxime poco de Supernovas (estrellas que explotan) y de nubes de gas que puedan pertubar la Nube de Oort produciendo lluvias de cometas que ponen en peligro la vida en la Tierra.

No vamos explorar aquí las derivaciones de estos trabajos para la existencia de Vida (o Inteligencia) más allá de la Tierra. De todas maneras poco sabemos de que se trata la Vida, así que resulta siempre muy especulativa cualquier conclusión. Más importante es ver como parece estar todo muy relacionado: de las características del Sol llegamos a la probabilidad de lluvias cometarias. Encontrar y comprender estos lazos correctamente es parte del trabajo del científico. La Ciencia es el Arte de encontrar las Conexiones.

martes, 10 de marzo de 2009

Nuestro Mediocre Sol

En la década del 80, el recordado Carl Sagan, gustaba de suponer que miles de mundos deberían estar habitados por seres inteligentes porque: 1) el número de estrellas en el cielo es muy grande y 2) nuestro Sol es mediocre, o sea no tiene características particularmente destacadas. El Principio de Mediocridad, como a él le gustaba llamarlo, era un aliento a la búsqueda de Inteligencias Extraterrestres, programa más conocido por su sigla en inglés: Search for ExtraTerrestrial Inteligence (SETI).

La ciencia, sin embargo, requiere de demostraciones, cuanto más rigurosas, mejor. A veces, por falta de estudios suficientes, una hipótesis es aceptada temporalmente. Pero el tiempo llevará a mostrar si la misma es correcta o no. Poco a poco, como suele ocurrir en las investigaciones científicas, se fue acumulando un cuerpo de evidencias que tienden a demostrar que Sagan, esta vez, estaría errado, que nuestro Sol, no es tan mediocre y por lo tanto, no habría tantos millares de estrellas capaces de alumbrar vida en el Universo.

En un artículo de divulgación para la revista Astronomy & Geophysics, Guillermo González, publicó en 1999 un resumen del conocimiento que tenemos del Sol comparado con estrellas semejantes que se encuentran a corta distancia nuestra (G. González, Is the Sun Anomalous?, Astron. & Geophys., v40,5, p25-29, 1999). En primer lugar recordamos que el Sol es una estrella clasificada de enana, fría, tardía y vieja. Técnicamente esto se traduce en la sigla: G2V. En astronomía las estrellas son enanas cuando poseen el tamaño que deben poseer y gigantes cuando han engordado de más (aunque sólo aumenta su volumen, no su masa). Y respecto a su temperatura debe observarse que la clasificación estelar es, yendo de más caliente a más fría, la siguiente: O, B, A, F, G, K e M. Se puede ver entonces que el Sol ocupa un lugar más próximo a las estrellas frías. El número 2 es una subclasificación dentro de las estrellas de tipo G. Y el número romano V indica que es una enana. Se supone que el Universo está poblado mayormente por estrellas de tipo M, un poco menos de Ks, aún menos de Gs y así sucesivamente, formando un triángulo cuya base son las Ms y la punta son las Os. Estando el Sol cerca de la base, el número de estrellas semejantes debería ser muy grande.

El concepto de que el Sol es mediocre viene de épocas anteriores a Sagan. Después de que Copérnico sacó el centro del Universo de la Tierra para ponerlo dentro del Sol, las revoluciones científicas se sucedieron con una rapidez desconocida y llevaron a la comprensión de que el Cosmos es tan vasto que el Sol y su Tierra (ese pálido punto azul) son demasiado insignificantes para prestarles mucha atención.

Pero nuestro Sol no sería tan mediocre en la opinión de Guillermo González. Y el presente post sirve como introducción al tema que pensamos abordar en sucesivas entregas y que, en realidad, no trata de Relaciones Sol - Tierra solamente, sino engloba también la estabilidad del Sistema Solar y con ella de la evolución de la vida en la Tierra y de las amenazas a su existencia, objetivo central del Blog.

Keep tuned.

† La secuencia de la classificación espectral de las estrellas es muy caprichosa y su origen viene de la ignorancia de los primeros astrónomos. En el comienzo la lista estaba ordenada alfabéticamente! Para recordarla, los estudiantes angloparlantes crearon la frase: Oh! Be A Fine Girl, Kiss Me!

sábado, 7 de marzo de 2009

Nemesis: una compañera silenciosamente mortal

En febrero de 1984 David Raup y J. John Sepkoski Jr.presentaron el estudio Periodicity of extinctions in the geologic past en el que sustentan que cada 26 millones de años se produce en la Tierra una extinción masiva de especies. La idea no era original, ya que otros dos investigadores, Fisher y Arthur, habían previamente sugerido algo semejante. La novedad es que ellos utilizaron una base de datos más extensa de animales marinos (vertebrados, invertebrados y protozoarios) que les permitió analizar 250 millones de años de la historia reciente.

Si esta periodicidad queda demostrada, la implicación es que dificilmente sus causas serían puramente biológicas y el ambiente debería jugar un rol preponderante. El ambiente aquí se refiere al espacio exterior: Sol, estrellas, Galáxia. Y periodicidad es sinónimo de órbita celeste. Rapidamente surgieron dos trabajos que sugerían la existencia de una estrella compañera del Sol, su binaria, Némesis, la estrella de la muerte. Para los griegos Némesis era la diosa que castigaba a los arrogantes; Aristóteles la definió en la Ética a Nicómaco como la respuesta dolorosa para quien no merece la Fortuna. Hoy en día, némesis se convirtió en un concepto ético: representa al peor enemigo de uno mismo, aquel que es nuestro opuesto y, sin embargo, también nuestro semejante, por ejemplo Darth Vader/Anakin Skywalker y Luke Skywalker de la saga de Star Wars.

Hace 25 años, dos grupos de astrónomos hicieron las primeras hipótesis sobre las características de Némesis. En el mismo ejemplar de la revista Nature, del 19 de abril de 1984, Daniel P. Whitmire y Albert A. Jackson publicaron el trabajo Are periodic mass extinctions driven by a distant solar companion? (Nature 308, 713-715, doi:10.1038/308713a0). En su modelo Némesis se encuentra a una distancia máxima del Sol de 88.000 UA = 1,4 años luz con una órbita muy excéntrica que entra en la Nube de Oort cada 20.000 años produciendo lluvias cometarias con una periodicidad de 100.000 a 1.000.000 de años. La estrella tendría una masa de entre 0,0002 a 0,07 masas solares. Por su parte Marc Davis, Piet Hut y Richard A. Muller escribieron el artículo Extinction of species by periodic comet showers (Nature 308, 715 - 717, doi:10.1038/308715a0) en el que también concluyen que una enana marrón podría estar orbitando en torno del sol, con una órbita moderadamente excéntrica, y a cada pasaje próximo de la Nube de Oort, una lluvia de mil millones de cometas podría ser producida. Sin embargo ellos notan que no hay peligro de una de estas lluvias hasta dentro de 15 millones de años.

Desde hace 25 años, distintos grupos de astrónomos buscan sin éxito encontrar a la silenciosa estrella mortal. Siempre llamó la atención de que el Sol, una estrella ordinaria, no tuviese compañera, ya que más de la mitad de las estrellas son sistemas binarios. Este hecho alentó aún más la búsqueda por Némesis. que ultimamente se hace por medio de los grandes telescopios infrarrojos y los telescopios a bordo de satélites, más adecuados para la detección de pequeñas estrellas frías. Debemos ser honestos también y comentar que no todos los biólogos aceptan la periodicidad de las extinciones masivas, lo que quita fuerza a la hipótesis. Sin embargo no encontrarla, nunca nos dejará en paz. Al final de cuentas, no tendríamos como negar su existencia. Y Némesis continuará a ser como la diosa griega que puede venir un día a castigar nuestra arrogancia.

The bottom line: En el post sobre la Nube de Oort comentamos que unas 10.000 estrellas pasaron a una distancia tal que interactuaron con la Nube desde que el Sistema Solar fue creado (infromación obtenida en el artículo de Paul Weissman en la Encyclopedy of Astronomy and Astrophysics, Nature Pub. Group). Tomando en cuenta que la edad del Sistema es de 4.500 millones de años, a cada 450.000 años debería haber ocurrido una lluvia de cometas... Lo que resta importancia a la romántica hipótesis de Némesis.

lunes, 2 de marzo de 2009

Pasaje Cercano de un Pequeño Asteroide

El asteroide 2009 DD45, recientemente descubierto, tuvo hoy, 2 de marzo a las 13:40 UT, su mayor aproximación a la Tierra, cuando se encontró a unos 72.000 km de distancia. Así lo informó el site Space Weather que además indica que el pequeño objeto mide unos 30 a 40 m de diámetro (semejante al supuesto asteroide que cayó en Tunguska. Ver nuestros posts sobre el tema.) y no ofrece riesgo alguno de colisión con la Tierra. La distancia de 72.000 km puede ser considerada bastante pequeña si se tiene en cuenta que representa el doble de la órbita geoestacionaria. De una forma un poco más dramática, contabilizando que la Tierra se desplaza a 30 km/s por el espacio, le tomaría 40 minutos para llegar hasta la órbita del asteroide, o sea, se evitó la colisión por 40 minutos de tiempo.

domingo, 1 de marzo de 2009

Los Cometas y la Nube de Oort

En un post anterior comentamos sobre el Cinturón de Kuiper, un conjunto de asteroides que se encuentran en órbita por detrás de Neptuno y cuyo miembro más conocido es Plutón. A una distancia de unas 50.000 UA o 0,79 años luz se encuentra un segundo grupo de cometas y asteroides en la llamada Nube de Oort. A diferencia del Cinturón de Asteroides entre Marte y Júpiter y del Cinturón de Kuiper, la Nube de Oort tiene una forma tridimensional, algo así como una pelota de rugby, con un semieje mayor de 100.000 UA y el otro de 80.000 UA. Esta nube contiene entre 1 billón y 10 billones de objetos formados en el interior del Sistema Solar, pero que por diversas colisiones con los planetas mayores acabaron siendo lanzados donde hoy se encuentran. No existen, sin embargo, observaciones directas de esta nube que fue sugerida por el astrónomo holandés Jan Hendrik Oort hacia 1950. La razón de la hipótesis de Oort fue la comprobación de que los cometas de largo período (más de 200 años) parecen surgir de un lugar apartado del Sol por unos 10.000 UA. Posteriores modelos teóricos de formación de sistemas planetarios dieron la razón a la hipótesis de Oort. Pero hasta ahora ni siquiera se ha observado la nube en otras estrellas.




Representación de la Nube de Oort y el Cinturón de Kuiper.


Toda vez que algún objeto masivo pasa cerca de la nube puede perturbarla haciendo que centenas de cometas "caigan" hacia el Sol y produzcan una lluvia cometaria. Ejemplos de "perturbadores" son las Nubes Moleculares Gigantes, las fuerzas tidales (de marea) de la Galaxia y otras estrellas. Desde el origen del Sistema Solar, unas 10.000 estrellas pasaron a una distancia aproximada de 100.000 UA del Sol sacudiendo la nube. La mayor parte de los cometas siguió en la dirección del movimiento de la estrella perturbadora, una proporción menor cayó en dirección al Sol, algunos fueron desvíados por los planetas mayores, muchas veces enviándolos nuevamente en dirección a la Nube.

La mayor parte de los cometas que caen en dirección al Sol tiene una órbita parabólica o elíptica, es decir, escapan de la influencia solar y nunca más vuelve. El hermoso cometa Hale-Bopp que nos deslumbró en el año 1997* y cuyo período orbital es de miles de años, probablemente se originó en la nube de Oort.




Cometa Hale-Bopp, fotografiado en abril de 1997. Foto tomada por Mkfairdpm.

Eventualmente algunos de estos cometas podrían impactar contra los planetas, tal vez contra la Tierra. Así podrían producir extinciones masivas, como aquella que acabó con los grandes saurios hace 65 millones de años. En el próximo post vamos a hablar sobre el tema.


† Recordamos que UA significa Unidad Astronómica y equivale a la distancia media de la Tierra al Sol, o sea, 149.600.000 km.

* En abril de ese año volaba yo hacia Europa cuando vi al cometa por la ventanilla del avión. Pensé en avisar a los tripulantes para que informaran a los pasajeros que podían disfrutar del espectáculo en un cielo realmente oscuro a 10.000 m de altura. Temí que una aglomeración de personas sobre el lado izquierdo del avión lo desestabilizase y por eso me callé... Hice bien?

martes, 24 de febrero de 2009

La importancia de Plutón

Plutón fue descubierto en 1930 por Clyde Thombaugh basándose en las anomalías en la órbita de Neptuno observadas por Percival Lowell, quien sugirió que serían causadas por un noveno planeta del Sistema Solar. Recordamos que 5 planetas, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, eran conocidos desde la remota antigüedad. Urano fue descubierto por W. Herschell en 1781, mientras que Neptuno fue observado por primera veaz en 1846 por Johann Galle, basado en predicciones de Urbain Le Verrier (al mismo tiempo John Couch Adams también predecía la existencia de Neptuno).

La posibilidad de que otros planetas formen parte del Sistema Solar siempre motivó las investigaciones de astrónomos teóricos y observacionales. El millonario Percival Lowel fundó un observatorio en Flagstaff (Arizona, EEUU) para conducir la búsqueda del llamado "Planeta X". Falleció en 1916 sin éxito (aunque parece que sin percibirlo, en algunas placas fotográficas que tomó se encuentra Plutón). En 1929 y despuésde una batalla legal por la herencia del obseravtorio, la búsqueda fue continuada por Clyde Thombaugh quien encontró un pequeño objeto orbitando en torno al Sol el 18 de febrero de 1930. El nombre de Plutón fue dado por una niña de 11 años de nombre Venetia Burney (hoy Phair), quien lo comentó con su tío, bibliotecario de Oxford, quien a su vez lo comentó con el astrónomo Herbert H. Turner, quien lo sugirió finalmente a Tombaugh. Plutón es el nombre alternativo de Hades y Efestos, Dios del Infierno, lugar sombrío y frío para los griegos. Dada la distancia de Plutón al Sol, su oscuridad lo convertiría en un buen ejemplo del Mundo donde el Dios Plutón reina.

Hoy sabemos que Tombaugh encontró a Plutón por azar, ya que las anomalías observadas por Lowell eran en realidad errores astrométricos, o sea, errores de medida. Pero Plutón se convirtió en el noveno planeta del Sistema Solar a partir del 24 de marzo de 1930. Estudios del planeta más distante, a 40 Unidades Astronómicas (1 UA = distancia Tierra - Sol) han sido muy escasos dado su pequeño tamaño y bajo albedo (porcentaje de luz reflejada). Por muchos motivos Plutón es un planeta muy extraño. Cuando se le descubrió un satélite (Carón) se pudo determinar con precisión su masa y se descubrió que no sólo es el menor planeta de todos, sino también menor que muchas lunas, entre ellas nuestro propio satélite natural. En 2005, se le descubrió dos satélites más (Nix e Hydra). Finalmente, el 24 de agosto de 2006, en una famosa Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional en la ciudad de Praga (Rep. Checa), se propuso clasificar a Plutón como Planeta Menor, clase hoy en día rebautizada de plutoide. La decisión levantó mucha controversia, principalmente de colegas de los EEUU, quienes parecen sentirse perjudicados al perder al único planeta 100% americano. Es interesante comentar que el Cinturón de Asteroides también comenzó con una controversia semejante cuando Giuseppe Piazzi descubrió en 1801 a Ceres creyendo que se trataba de un planeta entre Marte y Júpiter.

Cual es la importancia de Plutón? Es el objeto más próximo del Cinturón de Kuiper, un grupo de objetos que se encuentra en resonancia 3:2 hasta 1:2 con Neptuno. La resonancia entre órbitas de objetos ocurre cuando los períodos orbitales se encuentran en una relación fraccionaria simple como 3:2, 1:2, etc. El significado de esta resonancia es que existe una influencia gravitacional muy intensa entre ambos, pudiendo producir incluso colisiones. (En el caso particular de Plutón, por motivos diversos, nunca ocurrirá un choque entre ambos.) EL Cinturón recibió el nombre a partir del astrónomo Gerard Kuiper quien sugirió su existencia a partir de los cometas de corto período, menor a 200 años, que deberían surgir de un lugar próximo al Sistema Solar. (Oort había sugerido que los cometas de largo período provienen de una nube a más de 10.000 UA.)

Además de Plutón existe una docena de otros objetos con un diámetro similar (~ 1000 km), en el cinturón y miles con diámetros menores, a veces también llamados Transneptunianos. Dada su remotísima posición, nunca recibieron la visita de una sonda de investigación, hasta el 14 de julio de 2015 cuando la misión de la NASA New Horizons, haga su mayor aproximación.



Distribución de asteroides en el Sistema Solar. En verde, el Cinturón de Kuiper. Figura obtenida de la Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Pluto.

El estudio del Cinturón de Kuiper es importante porque nos remite en general al origen del Sistema Solar, y porque puede darnos pistas sobre los cometas y asteroides que eventualmente cruzan nuestros cielos. Plutón no es un planeta, pero eso no le quita importancia dentro del conjunto de objetos del Sistema Solar.

jueves, 19 de febrero de 2009

Nació la Luna de una Colisión Gigante?

Existe un amplio consenso de que hace 4.567 millones de años una nube molecular interestelar colapsó comenzando la formación del Sistema Solar. Una amplia mayoría de los astrónomos también cree que la Luna se formó unas decenas de millones de años después como producto de la colisión de un asteroide con una masa de entre el 11% y el 14% de la masa de la Tierra. Esta es la teoría de la Colisión Gigante. La Tierra recién acababa de ser formada y ya había sido amenazada por una colisión con un objeto del tamaño de Marte. En aquellos años iniciales del Sistema Solar las colisiones eran bastante comunes, algo que puede ser constatado en la superficie de la Luna analizando la antigüedad de los impactos.

Uno de los motivos para aceptar la hipótesis de la Colisión Gigante es que por este medio el sistema Tierra - Luna habría adquirido una gran cantidad de momento angular: básicamente relacionado con la energía de rotación. El momento angular del sistema Tierra - Luna es mayor que el de Venus, Marte o el de la Tierra aislada. Por ejemplo: si toda la masa de la Luna estuviese dentro de la Tierra, nuestros días serían de apenas 4 horas! Si un gigantesco asteroide impactó sobre la Tierra, le transfirió su propio momento angular. Las simulaciones prevén que inicialmente se podría haber obtenido hasta un 120% del momento angular actual, que se fue perdiendo después por causa de las mareas (La fuerza de mareas produce el movimiento de material planetario, siendo las aguas de los océanos los más observados. Este material disipa energía por fricción.)

La colisión habría lanzado una cantidad inmensa de material al espacio, 50% del mismo habría sido rápidamente agregado a altísima temperatura (miles de grados) formando la Luna en pocos días. esta alta temperatura habría facilitado la formación de un mar de magma en la superficie lunar.

La hipótesis de la Colisión Gigante fue propuesta hace 30 años por Hartman y Davis. Es interesante ver que el geólogo Harrison Hagan "Jack" Schmitt, piloto del Módulo Lunar Eagle de la Misión Apollo 17 (Diciembre de 1972) y último ser humano a pisar la Luna, es hoy en día uno de sus mayores objetores. Schmitt observa que recientes descubrimientos sobre el interior lunar muestran que este se formó a una temperatura menor que los miles de grados mencionados antes. Además está comprobada la existencia de materiales volátiles en una proporción inadecuada para un origen tan caliente. Incluso las tierras raras y otros materiales refractarios se encuentran en una proporción muy alta considerando los miles de grados del origen lunar. En suma, Schmitt resalta el valor del impacto como respuesta al problema del momento angular del sistema Tierra - Luna, pero destaca los problemas geológicos derivados de esta hipótesis. Su propuesta recupera la idea original de Alfvén y Arrhenius de los años 50: la Luna fue capturada por la Tierra en su estado inicial de planetesimal.

No entramos aquí en el detalle de las condiciones necesarias para que la captura pueda existir, incluso porque el propio Schmitt reconoce que debe buscarse la solución completa, por ahora apenas esbozada. Pero él está convencido de que la Academia y la Prensa han convertido una hipótesis en una Teoría. Y como ya mencionamos antes en el caso de Tunguska, cuando todos piensan igual, nadie piensa.

Referencias
El material del presente Blog fue obtenido de Moon's Origin and Evolution, alternatives and implications, por H. Schmitt. Capítulo del libro Solar System Update, editado por Blondel y Mason y publicado por Springer.

domingo, 15 de febrero de 2009

Sunshine: el Sol que agoniza (ST)

Vamos a hablar nuevamente de cine, esta vez sobre una película que tiene como tema central al Sol. Danny Boyle puede ganar este año el oscar por Slumdog Millionaire, como pudo haberlo ganado por Trainspotting. No es a ellas que nos vamos a referir aquí. Este autor tan multifacético estrenó en 2007 un film que pasó casi desapercibido: Sunshine. En el rol protagónico está Capa: un joven físico actuado por Cillian Murphy (que también participó de Batman Begins). Sunshine es una película que mezcla el género de ciencia ficción con el suspenso, una simbiosis de 2001 Odisea Espacial con Alien. Pero más allá de esto, es un film poético, con una fotografía soberbia y un relato contado a un ritmo cadencioso que permite la reflexión.

Lo que más me impactó de Sunshine es el tema: el Sol se está apagando, como un viejo veterano pierde su fuerza interior y así su brillo disminuye. En la Tierra los inviernos son cada vez más crudos, los veranos menos calurosos, el Sol cada vez más opaco. La solución: enviar una nave cargada de explosivos y lanzarlos al Sol para que la energía liberada en las explosiones dispare un nuevo ciclo de actividad solar.

En una época en que la preocupación mayor es con el aumento de las temperaturas medias del planeta (aunque ya nos alertan de que el término correcto es Cambio Global), hablar de un enfriamiento parece una herejía. Demás está decir que la solución propuesta por D. Boyle es rídicula, no hay en este momento, ninguna forma de producir en la Tierra una energía que pueda ser comparable a la Solar. Si se piensa que una explosión (o fulguración) solar libera 100 millones de veces más energía que la que liberaría todo el arsenal nuclear terrestre actual se puede tener una idea de lo insignificante que puede resultar bombear al Sol con nuestras minúsculas formas de energía. No sólo esto, lanzar cualquier forma de energía sobre la superficie solar demoraría en torno de 1 millón de años en tener efectos sobre su núcleo interno, allí donde se produce la fusión nuclear, origen último de su fabulosa producción energética.

Pero podemos hacer una concesión al autor y director de la película, porque el resto es de gran calidad. Los detalles científicos están bien cuidados, la fotografía es de gran belleza y resalta las imágenes del Sol observado por cámaras ultravioletas (probablemente de las misiones SoHO y Trace). Las actuaciones son muy buenas y los conflictos que se desatan muy humanos, incluyendo la locura producida por la exposición a un evento de extraordinaria magnitud y simbolismo como es el rescate del Sol, fuente de nuestra vida.

Al final, me parece que la película es una excusa para discutir el rol del Astro Rey, cuya importancia ha sido casi olvidada en nuestra sociedad actual. Uno podría decir que no es el Sol el que se apaga, sino el hombre quien le da la espalda... Sunshine nos llama a recuperar nuestro fervor solar.

Polución Espacial (De vuelta a São Paulo)

Después de un corto período de vacaciones y una más larga estadía por trabajo en París, volvemos al trabajo ahora para comentar una noticia que dio vuelta al mundo esta semana. Dos satélites chocaron en el espacio. Ambos eran satélites comerciales de comunicaciones, uno americano (de la empresa Iridium Satellite LLC) el otro ruso (Cosmos 2251) fuera de servicio desde hace una década por lo menos. Hace 30 años este evento podría haber desatado, por lo menos, un episodio diplomático. Con la Guerra Fría terminada hace casi dos décadas, la atención ahora giró sobre las causas y consecuencias de la colisión.

El choque ocurrió a 790 km de altura, sobre las estepas siberianas rusas. Ambos satélites pesaban unos 700 kg, y se desplazaban a unos 8 km/s. No hay peligro para la vida en la Tierra. Los más de 600 pedazos que sobraron del choque, si entraran en la atmósfera, se calcinarían inmediatamente. El peligro está para los otros equipos en el espacio, y, por supuesto, para las tripulaciones. En este momento hay tres astronautas en la Estación Espacial Internacional a 354 km de altura. En principio y dada la diferencia de alturas no parece haber un peligro inminente, pero la NASA dice estar monitoreando la situación con atención.

Todo esto nos trae al problema de la polución espacial. No hay control de lo que es colocado en el espacio. Hace 20 años participé de un seminario en el que un consejero de la NASA mostraba el caos en que se había convertido la faja espacial que va de 100 a 200 km y proponía una legislación internacional para evitar futuros problemas en alturas mayores. No sé que es lo que se avanzó en este tema, vamos a intentar descubrirlo, pero me llama la atención que haya ocurrido un choque a 800 km. Para mí es una demostración de que el caos se corrió a alturas mayores.

El problema de la colisión no es apenas la pérdida de estos dos satélites (uno ya no funcionaba), sino que los pedacitos (debris en inglés) seguirán por siglos su órbita. Cada uno de ellos es capaz de producir serios daños a un satélite operacional. Imaginen lo que una de esas astillas podría hacer a un astronauta!

A veces nos preocupamos tanto con los peligros del más allá que nos olvidamos de hacer, literalmente, orden en casa.