sábado, 12 de julio de 2008

Sol Calmo (ST)

El Sol es un objeto activo, dinámico. En su seno, a decenas de millones de grados, es generada toda la energía que utilizamos en la Tierra. En realidad esta energía es una fracción ínfima del total generado. No sabemos muchos detalles del interior solar porque no podemos observarlos de forma directa. A partir de cierta altura el gas se hace transparente. Esta región es llamada de atmósfera solar y podemos estudiarla con la única limitación de los instrumentos. La frontera entre el interior y la atmósfera es llamada de Fotósfera y es algo así como el suelo solar (todas son metáforas, no existe en el Sol nada parecido con el suelo rocoso de nuestra Tierra). La observación de la atmósfera y fotósfera solar nos ha mostrado que el Sol cuenta con varios ciclos de actividad. El más conocido, de 11 años aproximadamente, es reconocido por el aumento y disminución del número de manchas en la Fotósfera. La cantidad de manchas está relacionada con la complejidad del campo magnético solar, y con la sucesión de fenómenos de liberación de energía localizados, las llamadas explosiones o fulguraciones, las eyecciones coronales de masa, etc. Cuando el Sol no muestra esta actividad violenta, lo llamamos de Sol Calmo. Su estudio es una parte importante de la física solar.

En este momento estamos en un mínimo de actividad solar. Eso significa que no tenemos manchas sobre la superficie del Sol, ni fenómenos explosivos. Esto es esperado. Una forma de visualizarlo es con los gráfico que muestro abajo. Son valores de la radiación solar observada en rayos X por detectores a bordo de satélites en dos frecuencias diferentes, por ello los dos colores. Esta medición funciona como una especie de electrocardiograma del Sol que nos muestra su actividad. En el primero tenemos al Sol en los últimos días del año 2001 durante su máximo de actividad. Cada súbida representa un fenómeno violento, una fulguración. El Sol parece latir.







Abajo el sol en tres días de julio de 2008. Una recta plana. Un sol calmo, muy calmo.







Este comportamiento es esperado. El Sol pasa por estos altos y bajos. Lo curioso de este año es que la calma está durando demasiado porque en períodos de mínima actvidad el Sol muestra, de vez en cuando, una explosión que otra, liberando menor energía que en los períodos de máxima, pero dejando ver que está, apenas, dormitando. El siguiente es un gráfico de julio de 1996, momento de mínimo solar anterior.






Unos días después de esta fecha, el Sol se aletargó. Sin embargo su descanso duró apenas una semana. Lo que me llama la atención del mínimo actual es que hay que regresar hasta abril, tres meses atrás, para encontrar algunas muestras de actividad solar. Puede implicar algo para nuestro clima en la Tierra? Nadie lo sabe.

Sin embargo sabemos que entre 1640 y 1700, poco después que las manchas solares fueron descubiertas (aunque aún no se había notado la existencia de un ciclo) la actividad solar disminuyó al mínimo. Esporádicas manchas fueron observadas durante esos 60 años. Al mismo tiempo, los inviernos europeos se tornaron muy rudos, el frío congeló ríos como el Támesis en Londres. Esa época es llamada de Mini Era de Hielo y nadie puede encontrar una explicación, más allá de la coincidencia con la carencia de actividad solar prolongada.

Estamos a las puertas de una Mini Era de Hielo? Imposible saberlo ahora. Si eso ocurriera sería fascinante desde un punto de vista científico. Hemos dedicado más de 100 años al estudio del Sol Activo. Esta sería una oportunidad única de analizar las causas y consecuencias de la baja actividad solar. Desde un punto de vista socio económico sería benéfico por un lado porque balancearía el aumento de temperatura superficial terrestre. Pero sería negativo en el sentido que disminuiría el aliento a las necesarias reformas de una sociedad que frenéticamente se lanzó a despilfarrar energía.

Sea como fuera, la Naturaleza, por suerte, suele darnos sorpresas. Estamos atentos.