Como ya comentamos en otras entradas,
la hipótesis de que las extinciones en masa fueron provocadas por la caida de gigantescos meteoritos se convirtió en las últimas dos décadas en ley probada. La ciencia, ya lo dijimos sin embargo, está siempre expuesta al mecanismo de prueba y sus conclusiones pueden en cualquier momento ser revistas.
En otra entrada comentamos un trabajo que niega la relación entre
el cráter de Chicxulub y la extinción de los dinosuarios. Un nuevo artículo, publicado en la revista Science el viernes pasado, va en la misma dirección al encontrar nuevas evidencias de que una extinción en masa ocurrida hace 260 millones de años, al final del período Pérmico, habría sido provocada por una actividad volcánica inusual.
El trabajo,
Volcanism, Mass Extinction, and Carbon Isotope Fluctuations in the Middle Permian of China, (
Vulcanismo, Extinciones en Masa y fluctuaciones de isótopos del carbón en el Pérmico Medio de China) de Paul B. Wignall e colaboradores (Science, vol 324, pag 1179, 29/05/2009) fue realizado en base a registros estratigráficos obtenidos en China, en la provincia de Sichuan, Yunnan y Guizhou (donde el año pasado un sismo de singular fuerza mató a decenas de miles de personas) y basicamente comprueban la proximidad espacial y temporal de los dos fenómenos: una intensa actividad volcánica y la extinción de un gran número de especies. Para los autores la cercanía de ambos eventos es una prueba de la relación causa efecto.
La extinción del Pérmico (o también llamada
extinción guadalupiense) fue una de las más severas. Las estimaciones actuales son de que apenas un 5% del total de especies sobrevivió, mientras que en las demás extinciones masivas, sólo fue diezmado un 50%. Aunque por años la única causa apuntada fue una larguísima actividad volcánica, en 2006 fue encontrado un gran cráter en la Tierra de Wilkes (Antártida) que apuntala la idea de que la caída de un enorme meteorito causó un disturbio sísmico severo. Sin embargo la extinción ocurrió durante un período muy prolongado, por lo que un evento
explosivo no podría por sí sólo explicarla.
Más evidencias son necesarias, aunque todo indica que la Tierra se convirtió por millones de años en un lugar muy poco confortable para vivir. A pesar de ello, la vida continuó, tal vez porque, como dijo George Stewart,
La Tierra Permanece.